Espolón de los Franceses. 23 - Julio - 2011
Este sábado, acompañado , o mejor dicho acoplado a la troupe santaderina-maliañense-torrelavegana me fuí a subir por el espolón de los Franceses a Peña Vieja. Me gustaría recordar que esta cima es la más alta de nuestra comunidad. Si, direis que Torre Blanca la supera en 3 metros pero... es que esta última esta compartida con León. La Peña Vieja, así como suena, ni Penya, ni Vieya, pertenece integramente a Cantabria. Yo, por eso la considero la montaña más alta.
Siempre he considerado esta actividad como una de las ascensiones más "alpinas" de los Picos. Una escalada-trepada con todo tipo de calidad de roca, seguida por una rato de cresterio con hemosas vistas del sector de Aliva para, en la cercanias de la cima, ir descubriendo poco a poco el macizo Central. No es difícil, tampoco es del todo fácil; es, creo yo, completa.
No os voy a hinchar a texto. El espolón es de sobra conocido. Sólo unas breves indicaciones en las fotos y... a disfrutar de las vistas. Mencionar antes que este reportaje es un poco mezcla de otras veces que he repetido la vía. Así podremos hacernos a la idea de su carisma tan merecido.
El primer largo se hace por una canal rojiza.
Para después llegar al pie de la travesía a izquierdas un poco rota. Varios clavos jalonan esta travesía.
Luego de subir dos tiradas por la placa-diedro , llegamos a la travesía herbosa que nos depositará, ahora sí, en el filo del espolón.
A continuación, en cuatro largos, pasaremos por la chimenea, el desplome y el diedro con bloque empotrado. Estos pasos andan por el 4 al 5- y las reuniones suelen tener algún clavo. Son además bastante cómodas para iniciar una tertulia con la gente, fumar un cigarrito, ver el paisaje. Pero cuidado, no te entretengas que aún queda un rato.
Llegamos así a la repisa inclinada y a los dos largos más fuertes de la vía: el diedro-canalizo y la placa "expuesta". No os peocupeis, su el grado máximo es de 5 y la placa no es tan expuesta, un par de clavitos protegen lo suficiente.
A partir de este momento la vía se hace más aerea ya que treparemos por un espolón hasta el último largo, las agujas rojas. Es el momento de empezar a deleitarse con el vacio y las vistas que sobre nuestros compañeros tenemos.
El largo de las agujas rojas es delicado. Solo es 4- pero la roca, rojiza, rota y escamosa nos obliga a prestar atención. Podremos meter algún friend y además, si andamos atentos veremos varios clavos a los que asegurarnos.
A partir de aquí ya podemos guardar la cuerda. Pero conviene tenerla a mano pues nos espera un pequeño rapel. Lo primero será subir la canal rota que se ve en la segunda foto hasta llegar a una brecha. De ahí, rectos, por lo más evidente subiremos a una punta desde la que rapelaremos.
El rapel se puede destrepar por la izquierda, pero no es muy agradable hacerlo.
A partir de aquí tenemos dos opciones: o seguir la cresta por el filo ( más largo y complicado) o ir bordeando siempre por la derecha los obstáculos. Si elegimos esta opción buscaremos viras evidentes bajo la cresta que nos llevarán casi hasta la cima de Peña Vieja. Lo mejor de este tramo es disfrutar del paisaje sobre la canal del Vidrio, sobre Aliva y de la aparición de las cimas del macizo Central a medida que ganamos altura.
Ya cerca de la cima se presenta el último problema: una brecha de roca bastante rota que da acceso a los metros finales. Tres opciones hay: la primera es rapelar desde un gendarme. Mal asunto, el gendarme está roto y no parece segura. La segunda, ir hacia la izquierda para hacer "el salto del tigre". Sólo para valientes, hay que saltar desde una pequeña repisa hasta una placa inclinada. El salto es corto, de un metro y medio más o manos pero... vacio total a ambos lados; el corazón se pone a 100 no, a 200. Y la tercera y más recomendable: destrepar unos cinco metros por una canaluca de roca que parece rota pero no lo es tanto. Buenas manos y mejores pies nos dejan por fin el la brecha y cincuenta metros más arriba... la cima nos espera.
Ya en la cima a veces queda tiempo para hacer fotos y charlar algo. Otras veces para deprimirse por haber tardado tanto y pensar en que "hoy toca Jenduda". Y muchas veces, si has sido bueno y cumplido los deberes correctamente para tomar el sol, hacerse una buena siesta y disfrutar de la actividad con los amigos y la gente que por la normal va llegando a Peña Vieja.
Y al final, como siempre, tendremos que iniciar la bajada. Rumbo a "la hoguera de las vanidades" que nos espera, , hasta que algo cambie alguna vez, abajo.
Pero hoy hemos vivido unos instantes de libertad, de esfuerzo deseado. Hemos acariciado con nuestras manos la áspera caliza, compartido agua, comida y cansancio con los compañeros. Lleguemos abajo como lleguemos: frescos, cansados, agotados; a la hora que toque, bien para tomar un martini, bien con la frontales puestas... Sea como sea, hoy volveremos contentos, libres, agradecidos.... pensando en la próxima.
Pensando y soñando como siempre:
en volver pronto a estar arriba.
Allí nos vemos.....